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Los casinos online y la dependencia: el problema de los juegos compulsivos

Juego compulsivo Juego compulsivo

Los casinos online están ligados a un problema serio relacionado con la identidad social de la persona. En esta sección se hace referencia al aislamiento, la dependencia y la compulsión ligados al juego. En efecto, es importante conocer los riesgos ligados a los juegos online, cuando dejan de ser divertidos para convertirse en nocivos y adictivos.

El origen de la dependencia

Los problemas de dependencia y compulsión frente al juego no constituyen una enfermedad súbita sino, más bien, un contagio lento y progresivo. En este sentido, los diferentes problemas se desarrollan a través de numerosas etapas. El riesgo potencial está en una primera tentación. Es suficiente ganar una sola vez una suma importante de dinero para sentir una gran satisfacción. La tentación está ligada al hecho de satisfacer una necesidad: la satisfacción, el sentirse bien, la euforia. Resulta natural, entonces, el querer repetir el mismo esfuerzo para vivir nuevamente la misma sensación. Sin embargo, si se intenta nuevamente más allá de un cierto límite y sin ninguna sensación de satisfacción, se habla de dependencia. El problema reside en que la dependencia puede transformarse en un problema físico muy complejo.

El problema del desconocimiento de uno mismo

Si bien es posible recuperarse, es importante saber moderar y superar la dependencia. Es importante, entonces, aceptar los hechos sucedidos y reconocer el problema existente. La mejor arma contra la dependencia es la prevención. De esta manera, debe evitarse que el placer de jugar se transforme en necesidad de jugar, que el simple hecho de divertirse haga una metamorfosis en una patología peligrosa.

La causa del juego compulsivo

Las causas del juego compulsivo son numerosas pero los esquemas de la adquisición de la dependencia son idénticos de un jugador a otro. En efecto, el hecho de sentir al juego como una necesidad, genera una pérdida evidente de control sobre uno mismo. Es probable que la falta de control sobre uno mismo tenga un origen genético o bioquímico. Sin embargo, predomina el aspecto psicológico. Freud había propuesto la hipótesis de que el juego abusivo hacía eco de la necesidad de generar una imagen positiva de sí mismo. El dinero fácil sería, así, un recurso para lograr el éxito social.

El juego compulsivo en tres fases

Se enumeran, a continuación, las diferentes etapas a evitar para evitar la adicción al juego:

  • La fase ganadora: es la suerte del principiante. El jugador está eufórico y se lleva una suma de dinero. El efecto de la adrenalina y el deseo de revivir el mismo instante llevan al jugador a tentar su suerte una segunda vez.
  • La fase perdedora: si el jugador había ganado hasta el momento y escapado de las dificultades financieras, se encuentra, en este momento, en una situación de déficit ya que ha jugado en demasía. Piensa que su suerte va a cambiar y/o desea cubrir sus pérdidas a través de dinero fácil. Continúa, entonces, jugando y vuelve a hundir su cabeza. El jugador comienza a sentir las dificultades económicas y sociales pero ya se encuentra en un círculo vicioso y obsesivo.
  • La fase de desesperanza: la situación es incontrolable para el jugador. Su estado físico y mental se desvanecen. El juego, que ha dejado de ser una necesidad para convertirse en una obsesión permanente, es una fuente de veneno y de vicio. Las consecuencias y desavenencias que el juego engendra no pueden ya moralizar al jugador, que no puede detenerse.