Casinos sobre el agua para bordear la ley en Hong Kong

viernes 13 de diciembre de 2013

La región administrativa portuaria de Hong Kong es actualmente un gran astillero. En efecto, numerosos barcos de crucero están a punto de atracar en sus aguas. Hay que decir que los espectaculares ingresos que genera todos los meses el rival de Macao no dejan a nadie indiferente. Decididos a probar una parte del pastel, los socios de Hong Kong se han lanzado tras el concepto de barco-casino con la esperanza de atraer al máximo de jugadores, incluso arriesgándose a ir contra las leyes del país.

Barcos de crucero como improvisadas salas de casino

En China, sólo la península de Macao tiene derecho a ofrecer juegos de azar. Ahora bien, la nueva capital del vicio consigue cada mes fenomenales ingresos, lo cual tiende a atizar la codicia de las regiones vecinas. Hong Kong naturalmente ha tomado partido. Hay que decir que sólo 60 kilómetros separan Hong Kong y Macao y que a la más populosa de las dos regiones administrativas especiales de la República Popular China le encantaría sacar provecho del éxito de su vecina.

Hong Kong tiene todos los boletos para hacerle la competencia a Macao. Al contrario que la última, Hong Kong posee muy buenas infraestructuras de transporte terrestre, marítimo y aéreo. Es también y de lejos la más rica de las ciudades de la China continental gracias a un sector terciario muy desarrollado. Además, Hong Kong, como undécima ciudad mundial, tiene la certidumbre de poder ofrecer distracciones más numerosas y sobre todo más diversificadas para los turistas ávidos de juegos de azar. Hay que decir que en Macao, aparte de las mesas de juego, no hay mucho más.

Un puzle a resolver para el gobierno de turno

En Hong-Kong con un importante puerto mundial, muchos barcos de crucero han decidido hacer escala algunas horas con el fin de ofrecer juegos de casino a los ricos turistas. Estos casinos flotantes estacionan durante unas horas a lo largo de los muelles del puerto y abren sus puertas a los ricos apostantes que pueden jugar su dinero en los juegos de azar de su elección y además aprovecharse del encanto de Hong Kong y de sus boutiques de lujo. Los barcos-casino aceptan encantados a los nuevos pasajeros los cuales conforme a lo que estipula la ley china no necesitan pasaporte para subir a bordo.

Aunque las autoridades tienen la posibilidad de controlar estos barcos en Hong Kong, no pueden en ningún caso hacerlo una vez que han levado anclas. Las leyes nacionales no están en vigor cuando los navíos entran en aguas internacionales. Los especialistas en cruceros han encontrado pues una idea muy ingeniosa que puede dar más de un dolor de cabeza al gobierno de turno, ya que las posibilidades de conseguir beneficios son importantes. Con precios rebajados y un coste de simplemente 38€ para poder pasar una tarde a bordo de uno de los barcos-casino, podemos imaginar fácilmente hasta qué punto van a ser asaltados por los turistas.