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Alex Woolliscroft, un jugador endeudado que quiere hacerse excluir de por vida

viernes 4 de abril de 2014
Alex woolliscroft un jugador endeudado que quiere hacerse excluir de por vida Alex woolliscroft un jugador endeudado que quiere hacerse excluir de por vida

He aquí un hombre valiente, que quiere a toda costa deshacerse de sus problemas de adicción a los juegos de azar. Alex Woolliscroft es un joven apostante británico seriamente endeudado a causa de los juegos de casino. Este hombre, consciente de que debe pagar a sus acreedores, ha pedido ser auto excluido, pero nadie ha hecho nada por ayudarle. Testimonio de un hombre que está al borde del abismo y que desgraciadamente no puede contar más que consigo mismo.

25 000 libras en deudas y una auto exclusión ineficaz

Alex Woolliscroft es un jugador británico de 26 años. Joven padre de familia (su compañera dio a luz a un bebe hace sólo 2 meses), dirige un pequeño salón de peluquería, pero este comercio nunca podrá ser rentable si el joven no consigue dejar atrás su costumbre de gastarlo todo en los juegos de azar. En efecto, Alex Woolliscroft sufre de dependencia a los juegos de casino. Plenamente consciente de su patología, el joven se hizo prohibir voluntariamente su entrada a casinos para aumentar sus oportunidades de dejarlo. Pero los dueños no parecen tener muy en cuenta su demanda.

«Este joven empresario británico ha perdido ya más de 25000 libras esterlinas en el juego. Hace poco tiempo se metió en un salón de juego de la marca William Hill y apostó 240 libras que perdió en una fracción de segundo».

Este joven empresario británico ha perdido ya más de 25 000 libras esterlinas en el juego. Hace poco tiempo se metió en un salón de juego de la marca William Hill y apostó 240 libras que perdió en una fracción de segundo. El juego que aumenta aún mas su pesada deuda es la famosa ruleta electrónica, un divertimento extremadamente polémico en el Reino Unido. Por ello, en 2010, Alex Woolliscroft distribuyó una foto de sí mismo a todos los casinnos de su ciudad de residencia para que le impidieran jugar. Aunque esto funcionó durante dos años consecutivos, en Julio de 2012, William Hill le autorizó a entrar y a apostar todo el dinero que desease.

Un tatuaje en el brazo como único remedio

”He regresado numerosas veces a ese salón desde Julio de 2012 y siempre me han dejado entrar. Yo sé que soy el primer responsable de lo que me pasa. Pero contaba con ellos para ayudarme. Tienen mi foto colgada en el muro del establecimiento. Todo lo que pido es que no me dejen jugar”, se lamenta Woolliscroft, consciente de que sus impulsos pueden resurgir en cualquier momento y que son más fuertes que él.

El 26 de septiembre de 2012, Alex Woolliscroft había perdido 700 libras esterlinas en apenas cinco minutos y decidió hacerse tatuar esa fecha en su antebrazo con el fin de recordarse a sí mismo que no debía apostar jamás dinero en los juegos de azar. La tinta que lleva, indeleble, no le impidió ceder a sus caprichos seis meses más tarde.

Mientras Alex Woolliscroft se siente impotente en su malestar, el casino William Hill afirma poner en marcha una política estricta con el fin de impedir el juego a las personas auto-excluidas. William Hill dice que 500 individuos están inscritos en sus registros. La motivación de Alex Woolliscroft no puede ser más fuerte, pero todo le lleva a pensar que el sistema de autoexclusión tiene numerosos fallos y necesita una revisión.